La sepsis es una emergencia médica que ocurre cuando el cuerpo tiene una respuesta extrema a una infección. Aunque puede comenzar como una infección común, si no se trata de manera rápida y adecuada, la sepsis o septicemia puede provocar daños graves a los tejidos, fallos en los órganos e incluso la muerte. En España, alrededor de 50,000 casos de sepsis o infecciones se diagnostican cada año, y aproximadamente 17,000 personas fallecen a causa de esta enfermedad.
A pesar de su gravedad, la sepsis sigue siendo uno de los casos en los que más errores diagnósticos se producen, lo que dificulta su detección temprana. Es vital entender qué es la sepsis, cómo se presenta, y qué hacer en caso de negligencia médica relacionada con su diagnóstico o tratamiento.
¿Qué es la sepsis y quiénes son más vulnerables?
La sepsis puede desarrollarse a partir de infecciones comunes como infecciones urinarias, neumonías o heridas en la piel. Si el cuerpo no combate adecuadamente la infección, esta puede llegar al torrente sanguíneo y desencadenar una respuesta inmunológica que afecta gravemente a otros órganos. El retraso por mala praxis en su diagnóstico o tratamiento puede empeorar rápidamente la situación, llegando a causar un fallo multiorgánico.
Cualquier persona puede desarrollar sepsis, pero existen grupos que son más vulnerables:
- Personas con enfermedades subyacentes o tratamientos que debilitan el sistema inmunológico.
- Personas hospitalizadas por enfermedades graves.
- Personas muy mayores o muy jóvenes.
- Recién nacidos, especialmente los prematuros o con complicaciones en el parto.
- Personas que han sufrido heridas graves o han sido operadas recientemente.
Síntomas y señales de alerta de la sepsis
Si has pasado por una infección y experimentas alguno de estos síntomas, podrías estar ante un caso de sepsis, y necesitar atención médica inmediata:
- Fiebre o temperatura corporal inusualmente baja.
- Escalofríos.
- Frecuencia cardiaca elevada.
- Sed extrema y disminución de la orina.
- Debilidad y fatiga.
- Cambios repentinos en el estado mental.
- Respiración dificultosa.
- Dolor abdominal o pérdida de apetito.
En los recién nacidos, los síntomas pueden incluir:
- Fiebre o temperatura baja.
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Respiración acelerada.
- Frialdad en manos y pies.
- Piel húmeda y pálida.
- Confusión o letargo.
Si uno o más de estos síntomas se presentan, es importante buscar ayuda médica inmediata, ya que el tratamiento temprano es crucial para evitar complicaciones graves.
Cómo actúan los hospitales ante la sepsis
Los hospitales en España siguen un protocolo llamado «Código Sepsis«, que tiene como objetivo identificar y tratar de manera rápida a los pacientes con sepsis. Este protocolo incluye la administración de antibióticos lo antes posible y otras medidas como el suministro intravenoso de fluidos, diálisis o asistencia respiratoria en casos graves.
Sin embargo, existen situaciones en las que el personal médico no actúa con la rapidez o diligencia necesaria, lo que puede llevar a un agravamiento del estado del paciente. Este tipo de errores pueden ser considerados negligencia médica.
Sepsis neonatal: factores de riesgo y tratamiento
Los recién nacidos son particularmente vulnerables a la sepsis, especialmente si han nacido de forma prematura o si el parto ha presentado complicaciones. Una de las infecciones más comunes es la septicemia neonatal por estreptococos del grupo B, que puede desarrollarse en los primeros días de vida.
El tratamiento de la sepsis neonatal incluye la administración de antibióticos y, en casos más graves, el uso de respiradores o medicamentos para el corazón y la presión arterial. Dado que la sepsis neonatal puede empeorar rápidamente, cualquier retraso en el diagnóstico o tratamiento puede ser devastador para el bebé.
Negligencia médica en el tratamiento de la sepsis
La negligencia médica ocurre cuando un profesional de la salud no actúa con la diligencia requerida, lo que agrava la condición del paciente. En el caso de la sepsis, esto puede incluir:
- Minusvalorar o desconocer los síntomas.
- No diagnosticar la sepsis en sus primeras etapas.
- No administrar el tratamiento adecuado (como antibióticos) a tiempo.
- No realizar pruebas necesarias para identificar la infección.
Un error médico en el tratamiento de la sepsis puede resultar en secuelas graves para el paciente, como dolor crónico, fatiga, amputaciones, fallos orgánicos, e incluso la muerte.
¿Cuándo se puede reclamar por negligencia médica en casos de sepsis?
Para que se considere una negligencia médica, deben cumplirse varios requisitos:
- Existencia de daño: El paciente debe haber sufrido una lesión, secuela o fallecimiento debido a la actuación médica negligente.
- Actuación negligente: El profesional de la salud no actuó con la diligencia esperada en el diagnóstico o tratamiento de la sepsis, lo que empeoró la situación del paciente.
- Relación causal: Debe probarse que el daño fue consecuencia directa de la mala praxis.
Si cumples con estos requisitos, puedes reclamar una indemnización por los daños sufridos. Un perito médico deberá evaluar el caso conforme a la Ley 35/2015, que regula la valoración de los daños y perjuicios en casos de negligencias médicas.
Consulta a un abogado especializado
Determinar si estás ante un caso de negligencia médica por sepsis y cómo proceder para reclamar no es sencillo. Además, el proceso puede ser emocionalmente desgastante. Por ello, es fundamental contar con el apoyo de un abogado especializado con peritos médicos especializados en casos de infecciones y sepsis que te asesore a lo largo del proceso.
En Aguirre Abogados, somos especialistas en casos de sepsis e ictus, si has sufrido una negligencia médica te aconsejamos que leas el artículo: Guía para denunciar una negligencia médica