En España, el ictus se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a más de 650,000 personas, con un aumento del 25% en casos entre las edades de 20 y 64 años en las últimas dos décadas. Este artículo profundiza en las estadísticas preocupantes, desde la mortalidad hasta las secuelas discapacitantes, y destaca la necesidad crítica de asignar recursos para hacer frente a esta creciente crisis de salud.
Impacto Oculto en Todas las Edades: Con 120,000 nuevos casos anuales y 27,000 fallecimientos, el ictus no discrimina por edad. Aunque dos de cada tres afectados superan los 65 años, el aumento del 25% en personas de 20 a 64 años demuestra que ninguna franja etaria está exenta de este impacto devastador.
Secuelas Discapacitantes: El ictus no solo cobra vidas; dos de cada tres supervivientes enfrentan secuelas discapacitantes. El 10% de los pacientes discapacitados por ictus no recibe ninguna prestación económica, revelando una brecha significativa en el apoyo a largo plazo para quienes luchan con las consecuencias de esta enfermedad.
Carga Económica y Familiar: El coste total medio por paciente que ha sufrido un ictus en España es de 27,711€ al año, con la mayoría de estos gastos asumidos por las familias. El artículo destaca cómo el aumento de la esperanza de vida y las proyecciones de envejecimiento de la población contribuirán a un aumento en el número de afectados, subrayando la urgencia de optimizar la asignación de recursos para prevenir y abordar el ictus.
Llamado a la Acción: La doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, hace un llamado a la acción, instando a una asignación más eficiente de recursos para la prevención, tratamiento y rehabilitación de los pacientes con ictus. A pesar de los avances, el impacto del ictus sigue siendo significativo, justificando una atención continua y una estrategia integral para reducir su impacto en la sociedad.
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