El juzgado (Contencioso) 17 de Barcelona ha dictado una sentencia por la que condena al Servicio Catalán de Salud y a su aseguradora como consecuencia de una mala praxis en un diagnóstico incorrecto de un dolor de cabeza, cuando la paciente padecía un ictus.
Hechos.
Los hechos ocurrieron en el año 2018, cuando la paciente padeció un dolor de cabeza tan intenso que decidió acudir al Hospital de Igualada.
Síntomas
Los médicos que atendieron a la paciente le preguntaron por sus antecedentes y la paciente manifestó que había padecido migrañas pero que este dolor era diferente. Estos antecedentes llevaron a los facultativos a otorgar una alta médica en lugar de remitir a la paciente al servicio de neurología, y proceder allí a realizar pruebas que descartasen un ictus a través de una prueba de imagen.
Al día siguiente
La paciente se marchó del Hospital de Igualada a su domicilio, pero el dolor de cabeza permanecía y se incrementó hasta el día siguiente que acudió a su centro de salud donde los médicos se alarmaron y remitieron a la paciente al hospital del Mar donde sí se aplicaron las pruebas necesarias para confirmar la presencia de un ictus.
Imposible tratamiento del ictus por retraso
Al haber transcurrido tanto tiempo era imposible aplicar tratamiento ni farmacológico ni quirúrgico, por lo que las lesiones, consistentes en una afección del brazo permanecieron.
Procedimiento
La paciente de 19 años inició una reclamación administrativa, que resultó en una desestimación por parte del Servicio Catalán de Salud.
Ante esta desestimación se interpuso recurso contencioso administrativo ante el Juzgado que ha dictado la sentencia condenatoria, en la que establece que se cometió una negligencia médica que impidió el tratamiento de la paciente.
Se trata, una vez más de un error diagnóstico en un caso de ictus hemorrágico, que avisó con una cefalea en trueno, una hemorragia centinela
Señala que los facultativos deberían haber activado el Código Ictus y realizar pruebas complementarias «para descartar» el infarto cerebral, que es una patología más grave que la migraña.
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