El ictus, o accidente cerebrovascular, es una emergencia médica que causa la muerte súbita de células cerebrales por falta de oxígeno. En España, se registran unos 125.000 casos anuales, con aproximadamente 25.000 fallecimientos. Es la principal causa de discapacidad en adultos y la primera de mortalidad en mujeres. Un diagnóstico erróneo o tardío agrava las secuelas, haciendo esencial la detección temprana.
El 80% de los ictus son isquémicos (bloqueo arterial) y el 20% hemorrágicos (ruptura vascular). Esta guía explica los síntomas, las consecuencias de errores médicos y cómo reclamar por negligencia en el diagnóstico de un ictus.
¿Qué es un Ictus y Cómo Ocurre?
Un ictus sucede cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe, causando daño neuronal. Los isquémicos son provocados por coágulos, mientras que los hemorrágicos por sangrado cerebral. La Universidad de Navarra destaca que Cada minuto que pasa, las posibilidades de recuperación se reducen.
Ataque Isquémico Transitorio (AIT)
El AIT (Accidente Isquémico Transitorio), o «ictus temporal», presenta síntomas temporales que desaparecen sin daño permanente. Es una señal crítica: hasta el 20% de los AIT preceden un ictus completo en días o semanas. Un diagnóstico precoz evita eventos graves.
La cefalea centinela
Al igual que en el AIT, en los casos de ictus hemorrágico suelen producirse avisos previos llamados cefaleas centinelas, son dolores de cabeza muy intensos y repentinos -se describen como: el peor dolor de cabeza que he tenido- con una aparición rápida y una disminución del dolor. Es el momento de realizar un TAC para ver si existe un inicio de una hemorragia cerebral.
Síntomas del Ictus a Reconocer
Los síntomas varían según la zona cerebral afectada, pero suelen ser súbitos. Busca atención médica urgente si notas:
- Adormecimiento o pérdida de sensibilidad en cara, brazo o pierna de un lado.
- Debilidad o parálisis en un lado (ej.: boca torcida).
- Dificultad para hablar o comprender el lenguaje. (habla borracha)
- Pérdida repentina de visión, visión doble.
- Mareos, inestabilidad o caídas inexplicadas o vértigo.
- Dolor de cabeza muy intenso y repentino.
- Confusión o desorientación.
Actúa rápido llamando al 112 para ser derivado al hospital (Código Ictus) para valoración por un neurólogo.
Consecuencias de un Error de Diagnóstico
Un ictus no diagnosticado o mal diagnosticado retrasa el tratamiento, permitiendo que el daño cerebral progrese. Las secuelas dependerán de la zona cerebral afectada pueden incluir, entre otras:
- Daño cerebral permanente.
- Parálisis unilateral.
- Convulsiones o pérdida de habilidades motoras.
- Problemas de memoria o dificultad para hablar.
- Dificultad para leer, escribir o tragar.
- Dolor crónico o cambios de comportamiento.
- Depresión o fallecimiento.
La Sociedad Española de Neurología señala que el 90% de los ictus se podrían evitar.
¿Cómo Prevenir el Daño de un Ictus?
Un tratamiento médico precoz puede prevenir o revertir el daño. Los profesionales sanitarios deben:
- El examen de una sospecha de ictus debe realizarlo un neurólogo
- Realizar exámenes físicos y neurológicos completos.
- Reconocer síntomas, incluidos los del AIT.
- Ordenar pruebas urgentes (TAC, Eco Doppler).
- Revisar el historial clínico completo.
En resumen realizar todas las pruebas al alcance hasta poder descartar la presencia de un ictus, un diagnóstico correcto permite un tratamiento con una ventana terapéutica escasa (4,5 horas para trombolisis en ictus isquémicos).
Errores Médicos Comunes en el Diagnóstico de Ictus
La negligencia médica surge cuando se incumplen los estándares de atención. Los 14 errores más frecuentes son:
- No realizar un examen neurológico completo.
- Retraso en derivar al neurólogo.
- Demora en pruebas diagnósticas (TAC, Eco Doppler).
- Descartar ictus con TAC negativo.
- Ignorar ictus en pacientes aparentemente sanos.
- No sospechar ictus en jóvenes o niños.
- No activar el código ictus.
- No ordenar pruebas urgentes.
- Diagnóstico erróneo o falta de diagnóstico.
- Retraso en el tratamiento.
- Error en la ventana terapéutica.
- Fallos en pruebas de laboratorio.
- Lectura incorrecta de resultados médicos.
- No consultar el historial clínico completo.
Estos errores pueden justificar una reclamación por negligencia.
¿Cuándo Reclamar por Negligencia Médica?
Un error de diagnóstico en un ictus puede causar daños físicos, emocionales y económicos. Las secuelas, como parálisis o dependencia, afectan la calidad de vida y requieren cuidados costosos. En España, puedes tener 1 año desde que conoces el daño para reclamar, los plazos son muy cortos. Aunque en ocasiones el plazo que puede ser mayor.
Si sospechas negligencia, consulta a un abogado especializado. Una reclamación exitosa puede cubrir:
- Costes de rehabilitación (fisioterapia, logopedia).
- Pérdida de ingresos.
- Compensación por dolor y sufrimiento.
Solicita un estudio de viabilidad gratuito para evaluar tu caso.
Diez casos de negligencia médica en Ictus Ganados en España
¿Cómo Podemos Ayudarte?
Llevamos 30 años dedicados a la defensa de pacientes en daños cerebrales, nuestro despacho defiende a víctimas de negligencias médicas por errores en el diagnóstico de ictus.
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Preguntas Frecuentes sobre Errores en Diagnóstico de Ictus
¿Qué plazo tengo para reclamar por negligencia?
Puede ser de un año en sanidad pública o cinco en privada, pero se cuenta desde que el daño puede valorarse, ya que antes no puedes reclamar. Te ayudaremos sin compromiso a determinar si existe posibilidad de reclamar.
¿Qué pruebas necesito?
Historial clínico, sobre lo ocurrido e informes médicos de tu situación. en todo momento te ayudaremos a reclamar aquella documentación que necesitas.
¿Puedo reclamar si el ictus fue hace tiempo?
Depende de cómo evolucionó el daño cerebral, su rehabilitación y los efectos que tuvo. Consúltanos sin compromiso.